David y yo nos llevamos 7 años, por lo que, me ha tocado hacer de hermano mayor desde el principio y lo he hecho con mucho gusto. Lo hemos compartido y compartimos todo y siempre, por encima de todo, nos hemos divertido y nos divertimos mucho.
Al principio, cuando empecé a correr era como Wally, siempre nos estábamos preguntado “¿Dónde está David? porque no paraba. Era un auténtico diablillo, travieso y muy despierto, con un carácter abierto y simpático que hasta el día de hoy lo define como un “risas” para todos los que le conocen y hablan de él.
Empezamos juntos a ir en bicicleta, en moto, a vivir la montaña y a hacer de todo y, claro, cuando empezó a competir, heredó amigos y estructuras en las que yo había estado. Primero los de nuestro pueblo, Sant Fruitós, nuestro querido y añorado Bartolomé Quesada, Ll. Comerma y luego equipos como el de Lucio Cecchinello o la estructura de los Cecchini en la que yo había empezado a correr en el Campeonato del Mundo de 250cc.
Siempre le he aconsejado y ayudado y él también me ha aportado consejos y comentarios que me han sido de mucha utilidad. El momento más emotivo desde el punto de vista de la competición, fue cuando en 2005, coincidimos en pista en el Campeonato del Mundo de MotoGP en los Grandes Premios de Mugello, Catalunya y Assen. David sustituyó a Toni Elías porque el manresano estaba lesionado y pilotó las Yamaha de Tech 3. ‘En Montmeló llegamos a la meta separados únicamente por tres segundos! Puntuó en dos de las tres carreras que disputó aunque su caminó ya estaba enfocado hacia las motos de serie y la Resistencia.
A día de hoy, me siento orgulloso de decir que mi hermano es uno de los mejores pilotos de la historia en el Campeonato del Mundo de Resistencia. Ha ganado 4 títulos y sigue compitiendo y siendo una referencia para todos. Sufro con él al verlo desde fuera, pero es un sufrimiento agradable.
Ahora, además, ¡tengo una relación más especial con él porque me ha hecho tío! La pequeña Jade nos ha llenado la vida de nuevas emociones.