Mi segunda participación en el Dakar se ha saldado con un balance muy satisfactorio, con buenos resultados y con un importante aprendizaje.
A los mandos del ASTARA 01 Concept del Team Astara propulsado en una proporción del 90% por e-fuel y con el excepcional Mar Solà como copiloto y Laia Sanz y Óscar Fuertes como compañeros de equipo, hemos completado una actuación muy destacada que nos ha llevado a finalizar la carrera como primer equipo íntegramente español y ocupando en 23º lugar en la clasificación final de T1.
El trabajo junto a Marc Solà ha sido muy positivo ya que es un navegante de primerísimo nivel que cuenta con una gran experiencia tanto como copiloto como, anteriormente, como piloto de motos. Nos hemos entendido a las mil maravillas y todo ha funcionado a la perfección en cuanto a la navegación. Además, hemos trabado una excelente relación, he ganado un gran amigo y esto es también muy importante.
A lo largo de la carrera hemos tenido problemas mecánicos destacables en tres etapas con rotura del radiador, problemas de temperatura y de cambio de marchas que nos han hecho perder más unas tres horas que, posiblemente, nos habrían permitido estar en el Top20 de la clasificación final, pero en una carrera de estas características, estos problemas forman parte del día a día y todo el mundo tiene distintas contingencias mecánicas provocada por la dureza de la prueba. Lo cierto es que nuestro coche se ha comportado de forma excepcional, ha sido muy fiable y, por encima de todo, los mecánicos del equipo han hecho un trabajo espectacular trabajando, en algunas ocasiones, a lo largo de toda la noche para que a la mañana siguiente tuviésemos un vehículo en perfectas condiciones. Realmente estoy muy satisfecho y orgulloso del trabajo de todos y cada uno de los miembros del equipo ASTARA, por su profesionalidad, implicación y su gran capacidad.
El 10 lugar de la última etapa, el 13º de la segunda, el 17º de la 9ª y el 20º de la séptima, han sido nuestros mejores resultados parciales en una prueba que ha tenido dos partes muy claras. La primera en un terreno con piedras, caminos y ruta más firme y la segunda, tras la jornada de descanso, con la presencia de un mar de dunas enormes y exigentes que han puesto a prueba el pilotaje en un terreno en el que he sufrido más por mi falta de experiencia comparado con la mayoría del resto de participantes. Pese a ello, estoy satisfecho de cómo hemos “surfeado” las dunas y de todo lo que he aprendido y evolucionado en este comprometido terreno.
El balance no puede ser más positivo. ¡He aprendido, he disfrutado y creo que me he consolidado como piloto de raids en cuatro ruedas!!!