Clasificaciones y resultados a parte, indudablemente, el ganador de la temporada de MotoGP 2020 ha sido el Campeonato y la extraordinaria gestión que Dorna ha hecho de él. En abril, tras la irrupción y extensión de la pandemia del Covid-19, parecía que sería imposible seguir adelante, pero el gran trabajo realizado por la compañía española nos ha permitido disfrutar de una temporada vibrante, rocambolesca en ocasiones, pero, sobre todo, segura y protegida del virus.
En lo deportivo, el año ha sido como el loco y retorcido Dragon Khan porque en menos carreras de las habituales, han sucedido más cosas que en 7 temporadas.
Empezamos sin MotoGP en Qatar a causa de la pandemia, después llegó la lesión de Márquez, algo que nos dolió y nos duele a todos por mucho que forme parte de nuestro mundo y, a partir de aquí, alternancia de resultados en cuanto a pilotos y marcas, cambios de líder continuos, etc. etc. Sirva como ejemplo el dato de que hasta 9 pilotos han logrado ganar carreras y 15 de los 23 que han puntuado, han conseguido subirse al podio.
Los principales favoritos no han rendido, por distintos motivos, como se esperaba de ellos (el caso más peculiar es el de Dovizioso, que, curiosamente, logró su único triunfo del año justo un día después de anunciar que dejaba Ducati) y el campeonato se ha abierto e igualado extraordinariamente.
Lo que está claro, en mi opinión, es que Joan Mir ha sido el justo vencedor por su constancia y por la progresión firme y permanente que lo ha llevado a ser el mejor cuando no partía como uno de los claros candidatos al título en las quinielas previas a la temporada. Joan ha trabajado duro, ha creído en sus posibilidades y ha contado con la gran labor realizada por el equipo Suzuki Ecstar que le ha proporcionado una moto que ha tenido el comportamiento más constante en todo tipo de circuitos. Haber conseguido el título de pilotos con Mir, el tercer lugar con un efectivo Alex Rins y el título de equipos, habla muy a las claras de la constancia y el trabajo bien hecho.