Siempre he pensado que, a quienes nos gustan las motos y todavía más, a quienes hemos hecho de ellas nuestra profesión, nos atrae todo lo que tenga dos ruedas y puño de gas y nos subimos a cualquier cosa con tal de conducirla o pilotarla.
El supermotard, el enduro, el motocrós y el trial me han ocupado y ocupan una parte importante del día a día siempre que mi agenda me lo permite.
Empecé haciendo mucho supermotard y dirt-track, incluso corriendo algunas carreras locales y luego, éstas actividades me sirvieron de perfecta preparación para pilotar. La imposibilidad de entrenar siempre en circuito nos lleva a buscar alternativas como complemento de la preparación y dicho sea de paso, como forma de disfrutar de la moto en cualquier circunstancia o terreno.
El motocrós también formo parte de mis actividades off-road, pero lo fui dejando por los riesgos que conlleva y la posibilidad de lesionarme y verme obligado a perderme algún Gran Premio o competir con las condiciones físicas mermadas.
A día de hoy, el enduro y el trial son las especialidades que más practico y con las que más disfruto. En enduro compito junto a mi hermano David en algunas pruebas de resistencia. A él le sirve de entrenamiento y a mí me permite quemar adrenalina y gasolina.
A hacer trial, sobretodo en Andorra, un lugar ideal para la práctica de este deporte, voy con los mejores pilotos del mundo, especialmente con Toni Bou que es mi vecino. Tengo la oportunidad de acompañarlo y disfrutar de lo que hace sobe la moto que es impresionante. ¿Intentar imitarlo? ¡Ni en sueños!