El uso de la tecnología y el compromiso de todas las partes implicadas han logrado que la seguridad de los pilotos haya aumentado de forma muy importante en todos los aspectos a lo largo de los últimos años.
Ya de entrada, los circuitos son mucho más seguros. A todo ello se añade que, desde hace ya mucho, se ha trabajado en todos los aspectos para minimizar los riesgos de este deporte, que, aunque existen y no pueden obviarse, son ahora mucho menores porque la seguridad ha sido la premisa básica en la evolución de la competición. Los organizadores, los circuitos y los fabricantes de motos y equipación de todo tipo (monos, cascos, botas, guantes, etc.) han trabajado de forma conjunta con un mismo objetivo y a día de hoy se puede asegurar sin temor a equivocarnos que las caídas, aunque inevitables, son menos traumáticas.
Por mi parte os puedo hablar con conocimiento de causa y desde mi experiencia como piloto, de los distintos elementos que forman parte de nuestra seguridad.
Por ejemplo: el casco. Aunque aparentemente, pueda parecer que sigue siendo el mismo, lo cierto es que ha evolucionado en seguridad. Su estructura es más sólida, absorbe más los impactos, se ha resuelto el problema del vaho y, desde el año pasado, la nueva normativa obliga a que los cascos de competición ofrezcan una mayor protección ante los impactos que resulta muy superior a la anterior homologación.
Por lo que respecta a los monos, han mejorado muchísimo, añadiéndose muchas protecciones externas e internas más resistentes, ligeras y anatómicas que absorben mejor el impacto en las zonas más expuestas. Los elementos internos como la espaldera, la protección pectoral, etc. también ayudan a absorber los duros impactos en espalda y pecho.
El último avance tecnológico en los monos y el más visible por su efecto, es el airbag que cada vez se aplica a más zonas del cuerpo. Se empezó por los hombros y espaldas y ahora protege casi todo el tren superior del piloto. Esto permite tener mucha más movilidad pues no sientes la presión de una protección y, en el momento de la caída, la reacción del airbag protege mucho más de los impactos que se reciben cuando te golpeas contra el suelo o cualquier obstáculo tras una caída. Lo más complicado de la evolución de este elemento fue el software, que es el conjunto de parámetros que provocan la activación del mismo. En la actualidad, el nivel y tiempo de reacción es extraordinariamente corto.
Las botas también han mejorado mucho en movilidad y absorción de impactos añadiendo un botín interno que se utiliza desde hace unos años y que ya empezamos a evolucionar en el año 2000. Por su parte, los guantes siguen siendo el elemento más complicado porque deben permitir que el piloto tenga mucho tacto y, al mismo tiempo proteger superficies muy pequeñas y móviles y, protección y movilidad no siempre van de la mano.